Coatepec, Ver. (Armando Rangel).- La inflación sigue creciendo a pasos agigantados, ya para la primera quincena de este mes de junio se ubicó en 7.88%, nivel histórico en los últimos 22 años.
Ante estos incrementos desmedidos e incalculable , BANXICO anunció una medida de política monetaria restrictiva, en la que se prevé un incremento de 75 puntos base a la tasa de referencia y llevarla de 7.00% a 7.75%. Medida también adoptada el mes pasado por la FED del banco central de los Estados Unidos.
Con ello se desea reducir la cantidad de dinero que hay en la economía, esperando una disminución del consumo que lleve a reducir lo precios y por ende, a estabilizar a la inflación.
Es claro que eso dictan las leyes de economía; sin embargo, se tiene que poner atención que, de acuerdo a las causas que vivimos actualmente, lo que ha llevado a que los precios y la inflación suban, no es una mayor cantidad de dinero en los hogares, sino una reducción de la oferta de bienes y servicios; es ahí donde debemos atender el tema.
Esta disminución del circulante impactará en una mayor proporción a los hogares que perciben como ingreso hasta dos salarios mínimos diarios, reduciéndoles su poder adquisitivo con obvio, menos dinero.
Si el problema es de oferta, es decir, desabasto de tomate, es lógico que su precio subirá y no porque tengamos más dinero para comprarlo, sino porque se trata un bien de la canasta básica.
Por ello, lo que se debe procurar es incentivar la producción de bienes y servicios que incrementen su oferta, es decir, producir más tomates; ya que con más producto en el mercado, los precios tenderán a disminuir.
El panorama no es alentador, algunos especialistas como Agustín Carstens, ex Secretario de Hacienda, prevé una inflación elevada durante mucho más tiempo para la economía mundial es incluso una posible recesión. El horno no está para bollos, entonces a sacar las patatas.