A una altura de 52 metros y con un fuerte viento en contra, sujetados con cuerdas y arneses a los barrotes metálicos de una escala telescópica, dos bomberos de la Ciudad de México (CDMX) pudieron liberar la bandera monumental del Zócalo capitalino, atorada en la asta por la fuerza del viento.
Víctor Hugo Vargas Padrón, bombero de la CDMX, narró: “En la punta tiene sistemas de anclaje para que con un mosquetón y cintas o cuerdas pudiéramos asegurar nuestro sistema, que es nuestro arnés hacia la escala, pero como ya no nos daba, y era como metro y medio lo que teníamos que elevarnos más para poder llegar a la punta, mi compañero lo que decidió fue con una cinta anclarse al faro, porque es como un farito lo que está hasta arriba y para poder asegurarse él”.
A las 4:50 de la tarde fue solicitado el servicio. Un camión escala acudió para elevar a dos bomberos, quienes por más de 20 minutos trabajaron para destrabar la bandera que pesa 300 kilos y mide 50 metros de largo.
José Erick Chávez Rueda, bombero de la CDMX, contó: “Lo que nos piden es que la desatoremos, que no le generemos un daño más, que no permitamos que se rasgue, no se rompa, para que no caiga al suelo”.
José Erick estuvo en la punta y fue el encargado de liberar la pesada bandera luchando con el viento y manteniendo el equilibrio en todo momento.
“Sí teníamos un riesgo muy latente ¿cuál era?, el que al momento de chicotear la bandera nos chicoteara, nos enredara y poder salir expulsados de la escalera, entonces, sí fue una labor compleja, fuerte, una adrenalina al mil. Es una bandera de 300 kilos, es una bandera tan hermosa que tuvimos el placer de liberarla”, comentó José Erick Chávez Rueda.
Unos centímetros abajo, Víctor, bombero con 16 años de experiencia, coordinaba sus movimientos junto con los de la escalera que los sostenía.
Víctor Hugo Vargas Padrón, bombero de la CDMX, narró: “La bandera tenía un ‘ondeaje’ donde se enrollaba con la escala y la movía, y eso personalmente a mí me dio miedo, sí me dio miedo, sí fue algo complicado, tuvimos riesgo. Gracias a Dios nos fue bien, los militares nos contaron que ellos requieren 15 elementos para poder colocar la bandera y tiene un peso aproximado de 300 kilogramos. Entonces, cuando nos dicen eso si nos sorprendimos porque pues entre los dos logramos sacar el servicio”.
Cuando comenzaron las labores unas 300 personas observaban desde el Zócalo, cuando bajaron más del doble estaba en la plancha para recibirlos con aplausos y felicitaciones.
José Erick Chávez Rueda, bombero de la CDMX, describió el momento: “Es muy bonito el que la jefa de Gobierno nos haya felicitado, el que la gente en el Zócalo nos haya aplaudido eso quiere decir que tu trabajo está bien hecho. Los niños se emocionan cuando bajamos muchos, nos felicitaron. Sí es un orgullo”.
Víctor Hugo Vargas Padrón, bombero de la CDMX, comentó: “Sentí un alivio muy grande por el hecho de que la bandera saliera del otro lado, a la inversa de donde estábamos esa era mi preocupación mayor. Empieza a aplaudir la gente, entonces, es donde empieza después del estrés, la adrenalina de felicidad. Yo cuando bajo lo único que escucho es el audio de mi hija y fue donde dije: ‘ay’”.
Sofia, hija de Víctor, contó: “Me sentí muy contenta, le dije que estaba muy orgullosa de él y que lo amaba mucho. Les voy a decir que mi papá es un súper héroe para mí y que salió en la tele”.
Víctor Hugo Vargas Padrón, bombero de la CDMX, expresó: “Eso es algo que alimenta las ganas de seguir trabajando en esta noble institución”.