Por: Felipe Mendiola Parra
Hoy es Día Naranja y lamentablemente los asesinatos de las mujeres se siguen registrando en todo el país y en todo el mundo. La agresión verbal y física es una constante en contra de las mujeres, por lo que es necesario reforzar la idea y las acciones para detener esa actitud criminal.
Coincido con las opiniones que solicitan y exigen justicia, porque son las autoridades las encargadas de encontrar a los culpables y dejarles caer todo el peso de la ley, pero es importante reflexionar en la vida cotidiana y evitar desde los chistes ofensivos, los empujones y las cachetadas que parecieran parte de la relación entre amigos o novios y no debe ser así.
Los padres de familia, los hermanos y los familiares en general debemos poner nuestro granito de arena para evitar que las mujeres de la casa se expongan cuando no sea necesario, es decir, evitar cualquier momento de peligro que me queda claro no debiera existir, pero los tiempos han cambiado de manera tan terrible que lo mejor es extremar las precauciones.
La campaña de respeto a las mujeres debe comenzar en el hogar, pero con insistencia, no solamente leer una noticia o escuchar los reclamos de los grupos defensores del sexo femenino, debemos unirnos y combatir esa actitud agresiva que lamentablemente la vemos diariamente en distintos puntos de nuestra sociedad.
Recordamos que hace 40 años los niños íbamos a la escuela solos y teníamos que recorrer hasta 10 cuadras sin el temor de que alguien nos pudiera hacer daño, pero insisto, lamentablemente las cosas cambiaron y la agresión cada día es más sanguinaria, pareciera una lucha constante entre el bien y el mal.
Esos mensajes de invitación para aceptar un trabajo que solo son mentiras y forma de enganchar, sobre todo a las mujeres, deben ser tomados en cuenta con mucha delicadeza, no es la primera vez que se escucha que son llamadas las mujeres a un punto determinado y resultan ser casas con puertas aseguradas, con escoltas y que después de que entran difícilmente las dejan salir.
Entonces lo recomendable es avisar a los padres, hermanos o amigos acerca de ese tipo de ofertas de trabajo y no ser víctimas de esos agresores que explotan a las mujeres, las venden o incluso, las asesinan.
Esto se tiene que combatir, se tiene que erradicar y todos debemos participar de manera enérgica. Mas claro ni el agua.