El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió este domingo en que no es racista, luego de que criticó la inmigración proveniente de países de mierda, durante una reunión con congresistas, lo que provocó una ola de indignación internacional.
No soy racista. Soy la persona menos racista que jamás han entrevistado, eso se los puedo afirmar, sostuvo el presidente en el Trump International Golf Club, de West Palm Beach, Florida, donde cenó con Kevin McCarthy, líder de la bancada republicana en la Cámara de Representantes.
El mandatario calificó a naciones africanas, Haití y El Salvador de países de mierda el jueves pasado, durante una reunión con legisladores sobre la reforma migratoria.
El viernes, Trump negó en Twitter haberse referido de esa manera –según informaron medios nacionales– a esos países, pero el senador demócrata, Dick Durbin, quien participó en el encuentro, confirmó los dichos.
Luego de que algunos legisladores plantearon en la reunión el tema de la protección a inmigrantes de países de África, Haití y El Salvador, Trump habría exigido que le explicaran por qué Estados Unidos debería aceptar inmigrantes de países de mierda en lugar de gente procedente de naciones como Noruega.
En Florida, el mandatario también se refirió a los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de inmigración. Estamos listos, dispuestos y en condiciones de llegar a un pacto sobre el DACA, dijo Trump, en referencia al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, que protege a los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños, comúnmente llamados dreamers.
Los legisladores demócratas no quieren seguridad en la frontera, afirmó Trump. Hay gente entrando a raudales. No quieren detener las drogas, y pretenden quitarle dinero a nuestros militares; eso es algo que no podemos hacer, añadió.
Horas antes, Trump tuiteó acerca del DACA que probablemente está muerto porque los demócratas en realidad no desean un arreglo.
El mandatario anunció en septiembre que eliminaría el programa. El martes pasado un juez federal ordenó al gobierno bloquear la derogación del DACA, contraviniendo la decisión de Trump, a menos que una corte de rango mayor anule su decisión.
En tanto, Sudáfrica protestó ante la embajada de Estados Unidos en Pretoria por las declaraciones del presidente sobre la inmigración de países como los de África y calificó los comentarios de crudos y ofensivos. La cancillería de Botsuana también llamó a consultas al embajador de Estados Unidos en señal de protesta.
En otro tema, Trump volvió a pelearse con la prensa. Acusó al diario The Wall Street Journal de citarlo mal de manera deliberada respecto de su relación con el dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-un.
Probablemente tengo una muy buena relación con Kim Jong-un, fue la cita de Trump publicada en el rotativo estadunidense tras una entrevista en la que el mandatario se negó a confirmar si había hablado con el líder norcoreano.
Pero la Casa Blanca insistió en que Trump usó una palabra en condicional y no afirmó tener una relación con Kim Jong-un. El domingo por la mañana el gobernante siguió en la misma línea.
“Obviamente no dije eso. Yo dije que ‘tendría una buena relación con Kim Jong-un’, una gran diferencia. Afortunadamente grabamos las conversaciones con los reporteros”, tuiteó Trump.
Y ellos saben exactamente lo que dije y lo que significa. Sólo quieren una historia. ¡Noticias falsas!, añadió.
Periódico La Jornada
Lunes 15 de enero de 2018,