Tras dos años de pandemia por la COVID-19, miles de personas acudieron a Teotihuacán y Cuicuilco para cargar energía del equinoccio de primavera.
La llegada del equinoccio de primavera coincidió con el fin de semana largo, lo que hizo que incrementara el número de personas que asistieron este domingo a la zona arqueológica de Teotihuacán.
Después de la pandemia no se había abierto la zona arqueológica en un equinoccio de primavera, hasta ahora.
“Levantar las manos, cierras los ojos, te relajas, dejas que el Sol haga su trabajo”, apuntó Andrés, padre de familia.
Como sucedía antes de la pandemia, el acenso a las pirámides estuvo prohibido.
Hubo seguridad de la zona arqueológica y de la Guardia Nacional.
El ingreso fue controlado y para entrar era necesario portar cubre boca.
Un elemento de seguridad de la zona permaneció en la cúspide de la pirámide para vigilar que nadie subiera.
El Sol caía a plomo.
Se instaló un módulo de emergencia adentro de la zona arqueológica.
Un grupo vino de Tampico, Tamaulipas, exclusivamente para visitar la zona arqueológica.
“No quería venir, pero llegando ya entré en acción. Llevo un llaverito, pirámides, un jaguar”, compartió Isabel, visitante.
Al medio día las autoridades del INAH reportaron una asistencia de más 15 mil personas, cifra que aumentó durante el día.
Lo mismo ocurrió en otros sitios prehispánicos.
Vestidos de blanco, decenas de visitantes acudieron a la zona arqueológica de Cuicuilco, ubicada en el sur de la Ciudad de México, para recibir a la primavera.
A las 9 de la mañana con 33 minutos, visitantes recibieron los primeros rayos del nuevo Sol, sentados o acostados en el pasto y levantando los brazos al cielo, para recibir la nueva energía.
Pidieron paz, salud y renovación.
“De acuerdo a nuestra tradición, cargarse de energía, y que esa energía represente un progreso, la paz, el conocimiento de la humanidad. Creo yo que es la necesidad fundamental de la humanidad la paz”, dijo Rogelio López, visitante.
Don Roberto trajo semillas de girasol para cargarlas de energía al pie de la pirámide y después sembrarlas y compartir las flores.
“Nos parece fabuloso la experiencia de venir si se puede cada año a recibir energía en este lugar, me emociona mucho pedí energía para mi hija, mis dos nietas, para mi país, para que progrese todo nuestro México y nuestra juventud viva feliz”, comentó Roberto Llano, visitante.
En Cuicuilco, se realizaron rituales grupales.
El acceso a la pirámide no estuvo permitido y el ingreso al sitio arqueológico fue bajo protocolos sanitarios, toma de temperatura, aplicación de gel antibacterial y tapete sanitizante.
Con información de: Noticieros Televisa