Hay quien recuerda su etapa viviendo o trabajando en la mansión Playboy de una forma radicalmente distinta
En las últimas semanas el nombre de Hugh Hefner, fundador de la revista Playboy, ha vuelto a acaparar titulares a raíz de la emisión de una serie documental de la cadena A&E que revela los secretos más oscuros de la vida en el interior de la mítica mansión que adquirió en la década de los 70.
Según el testimonio de varios miembros del personal de servicio y de seguridad -y de una de las antiguas novias oficiales de Hugh Hefner, Holly Madison-, el empresario grababa videos secretos de sus famosos invitados manteniendo relaciones sexuales durante las fiestas que celebraba en la propiedad, y también guardaba fotografías de mujeres desnudas, que había tomado mientras ellas estaban borrachas o drogadas, para usarlas como forma de chantaje. Su viuda, Crystal Hefner, confirmó esta última información explicando en Twitter que había encontrado y destruido miles de polaroids tras la muerte de su esposo en 2017.
Sin embargo, hay quien recuerda su etapa viviendo o trabajando en la mansión Playboy de una forma radicalmente distinta. Más de 500 antiguos empleados de la compañía han publicado ahora una carta en la que defienden la memoria de Hefner, recordándolo como “una persona de carácter íntegro” que hacía gala de “una bondad excepcional y una dedicación absoluta al pensamiento libre”.
Entre quienes han firmado este comunicado se encuentran su ex esposa Kimberly Hefner y sus ex novias Brande Roderick y Sandy Kauffman, además de 270 conejitas que trabajaron en los clubes Playboy y ocho decenas de Playmates que aparecieron en las páginas de la revista a lo largo de los años. “Firmo con orgullo esta carta en reconocimiento al carácter de Hugh Hefner en medio de las acusaciones infundadas difundidas en el programa de A&E”, han señalado todas ellas para reaccionar al polémico documental.
Kimberly, que estuvo casada con Hefner durante 21 años, reconoce que todo el mundo tiene derecho a compartir su experiencia individual en la legendaria mansión, pero se niega a permitir que “se reescriba la verdad” a expensas del carácter de su difunto ex esposo. “Lo que los denunciantes que están hablando ahora parecen ignorar es que hubo muchos de nosotros que también estuvimos allí. Me entristece, sobre todo, que estos relatos desvíen la atención de las verdaderas víctimas de abusos sexuales, y espero que con el tiempo los que venden mentiras para difamar a Hef encuentren la paz en sus propias vidas”.