Desde 1942 se exhibió en Donceles una copia hechiza como original y ahora la Cámara baja asegura en Facebook, Twitter y YouTube que en su acervo histórico tiene el documento fundacional de México, en el llamado Libro Antiguo
Actas originales de la Independencia de México hubo sólo dos (1821). En 200 años de historia, incluso ahora, han circulado, sin embargo, imitaciones, en una trama que incluye una misteriosa desaparición (1822), un incendio (1909), una impostura inadvertida (1942), un testamento providencial (1958), una reveladora investigación (1961), una ceremonia con pompa y circunstancia (1961), un encapsulamiento contra todo (2010) y la mentira en la web (2021).
En 1942 apareció en la Cámara de Diputados, entonces con sede en las calles de Donceles y Allende, una “Acta de Independencia del Imperio Mexicano” semejante a la original que se hizo polvo en el incendio de 1909, en ese mismo recinto legislativo.
Del documento fundacional de México, Juan José Espinosa de los Monteros redactó dos originales manuscritos, según consta en el Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano, impreso en la imprenta de Alexandro Valdés.
Públicamente nadie puso en duda la autenticidad de la copia de Donceles sobre el documento firmado el 28 de septiembre de 1821 en Palacio Virreinal (que después fue Palacio Imperial y ahora es Palacio Nacional) y que es el acta de nacimiento de México, que “(…) declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es una Nación Soberana e independiente de la antigua España…”.
Fue en octubre de 1961 cuando se descubrió la chapuza de que el “Acta de la Independencia del Imperio Mexicano”, que se exhibía en la Cámara de Diputados, era fake. Públicamente tampoco se condenó el hecho.
La engañifa pasó del siglo XX al XXI, sigilosa. En este momento la Cámara de Diputados presume que en su archivo histórico tiene el acta de independencia, en lo que llama el Libro Antiguo. En su muro de Facebook, su timeline de Twitter y su canal de YouTube, la Cámara de Diputados proyecta un video sobre el tema, fechado el 10 de junio de 2021, con el texto “Sabías que… El Acta de Independencia de México forma parte del archivo histórico de la Cámara de Diputados…”. Éstas son las ligas:
El 25 de septiembre de 2021, la Cámara de Diputados anunció una serie de conmemoraciones por los 200 años de la Independencia de México que serán en el Espacio Cultural de San Lázaro. Informa la Cámara de Diputados que entre los actos organizados por la secretaría general de ese órgano legislativo una exposición especial Los Modos de la Libertad. Entre la Independencia y la Constitución.
“En la exposición se mostrará el Acta de Independencia y documentos relacionados…”, informó el boletín de hace tres días.
También está en circulación un web banner de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alusivo a los 200 años de Independencia de México, donde se alteró, no solamente la tipografía de lo que se supone es un acta de Independencia, sino el concepto de gobierno con el que nació México: “República Mexicana”, en lugar de Imperio Mexicano.
El proceso de autentificación de la copia-original del Acta de Independencia del Imperio Mexicano que el bibliófilo poblano Florencio Gavito Bustillo dispuso en su testamento del 25 de abril de 1958, para que a su muerte —ocurrida el 13 de julio de 1960—, se entregase el documento al presidente de la República, realizado por investigadores del Archivo General de la Nación (AGN) y la Universidad Nacional Autónoma de México, develó que el acta exhibida en la Cámara de Diputados de Donceles no era real; y en 2021 ese órgano legislativo sigue capoteando la especie en su sede de San Lázaro. Y la Sedena lo modificó.
Después de la autentificación del acta del señor Gavito, el 21 de noviembre de 1961 en una ceremonia en la oficina presidencial de Palacio Nacional, el presidente Adolfo López Mateos recibió el documento fundacional del México independiente.
LUCAS ALAMÁN BUSCÓ EL ACTA
El miércoles 22 de noviembre de 1961 Excélsior publicó la información de la entrega del Acta de Independencia. En la primera plana aparece una fotografía en la que están Florencio Gavito Jáuregui (hijo de Gavito Bustillo), el presidente Adolfo López Mateos, el secretario de Gobernación Gustavo Díaz Ordaz, Jaime Torres Bodet, secretario de Educación y la subsecretaria de Cultura, Amalia Caballero de Castillo Ledón; el título de la nota es “Copia a ALM del Acta de Independencia”.
Desde 1947 Gavito Bustillo tuvo en su poder el Acta de Independencia. Se la compró en 10 mil pesos a Luis García Pimentel, nieto de Joaquín García Icazbalceta, quien obtuvo el documento entre 1880 y 1890, de manos de un librero llamado Gabriel Sánchez, de Madrid.
García Icazbalceta tuvo una relación cercana con Lucas Alamán, quien, como secretario del Exterior e Interior de los albores del México independiente y precursor del Archivo General y Público de la Nación, antecedente del AGN, intentó sin éxito recuperar el Acta de Independencia. Este hecho es una señal de que García Icazbalceta haya seguido la tarea que inició Alamán en 1830.
De cómo Gabriel Sánchez obtuvo el documento no se conocen detalles. Tampoco se ha precisado desde qué fecha el Acta regresó a México.
De lo que sí hay certeza es que Sánchez obtuvo el Acta de Independencia del Imperio Mexicano con un exlibris del emperador Maximiliano de Habsburgo, que gobernó México entre 1864 y 1867, lo que se llamó el Segundo Imperio Mexicano. El sello está en el ángulo inferior izquierdo y reproduce un águila enmarcada con las armas de Maximiliano; en la base está el lema “Equidad en la Justicia” y timbrado con una corona real.
La historia conocida señala que el sacerdote August Gottlieb Ludwig Fischer, un alemán que se hizo mexicano conocido como el padre Fischer, habría sido quien sustrajo el acta. Tal vez, porque él tenía el codicilio firmado por Maximiliano para administrar su archivo. Pero quien sacó de México el menaje de Maximiliano y su esposa, la emperatriz Carlota, después que el emperador fue fusilado en Querétaro y lo llevó a Europa, fue el amigo de Fischer, Conrad Paschen, cónsul de Mecklenburgo.
Paschen entregó todo el menaje al Archivo de Casa Corte y Estado, donde están los que actualmente se conocen como Fischer Papiere, según el libro Tras las huellas de un desconocido: nuevos datos y aspectos de Maximiliano, de Konrad Ratz, prologado por Patricia Galeana de Valadés.
EL DICTAMEN DE ERNESTO LEMOINE
El último registro público sobre la copia-original del Acta de Independencia, antes de que apareciera el 21 de noviembre de 1961, fue el 25 de febrero de 1822. En el Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano se relata lo sucedido ese día, fecha de la instalación del Congreso Constituyente de México.
Con la desaparición de la Junta se acordó “para su efectiva disolución: Que los dos exemplares (sic) de la acta de Independencia, que como el monumento más glorioso de la Junta están colocados en cuadros y ha conservado al testero de su Salón se pasen al Soberano Congreso….”.
La historia más conocida es que Lucas Alamán, como funcionario del gobierno de la nueva República Mexicana, a partir de las funciones de Guadalupe Victoria, el primer presidente de México, empezó a buscar el Acta de Independencia, incluso en Europa. Se menciona que en Francia, específicamente.
En el dictamen preliminar de la autentificación de lo que se llamó Documento Gavito, firmado por el jefe de Investigaciones Históricas del Archivo General de la Nación (AGN), Ernesto Lemoine Villicaña, dirigido a Antonio Arriaga, director del Museo Nacional de Historia, de 1961, se lee:
“Los que nos dedicamos a trabajar con documentos históricos, —siempre estamos en guardia frente a las falsificaciones o supercherías—, máxime tratándose de papeles vitales para la historia patria. Actas de la Independencia han aparecido (o por lo menos tiene uno noticias de ellas) en número mayor a los dos ejemplares que de cierto sabemos fueron los únicos que se redactaron. Y para ilustrar a usted de un caso concreto, le adjunto (ANEXO 1) copia de un dictamen hecho en este mismo Archivo en 1942 sobre otro ejemplar de Acta de Independencia, diferente, desde luego, al que ahora nos ocupa, y cuyo paradero actual ignoro”.
EL COTEJO DE GUADALUPE PÉREZ
Para el mismo trabajo de autenticidad del Documento Gavito, Guadalupe Pérez San Vicente, catedrática de Paleografía de la Facultad de Filosofía y Letras (de la UNAM) e investigadora de la Historia de la Medicina de la Faculta de Medicina, fue aún más explícita sobre el documento falso que se exhibía en la Cámara de Diputados, cuando se refiere al cotejo del acta entregada al presidente Adolfo López Mateos de manos del hijo de Gavito Bustillo, Florencio Gavito y Jauregui, Vizconde de la Alborada, III Marqués de Villa Marcilla, III Vizconde de Villarrubio, Grande de España, que nació en Biarritz, Francia, el 5 de junio de 1927 y murió en México el 28 de octubre de 2005.
“El cotejo se hizo entre el Documento Gavito —Acta 1—, el ejemplar de la Cámara de Diputados —Acta 2— y otra copia —Acta 3-—, hecha posiblemente a finales del siglo XIX o inicios del presente siglo XX. (Anexo 3)”, informa Pérez San Vicente a Arrieta en su dictamen del 13 de noviembre de 1961.
Explicó la investigadora que la ortografía del acta de la Cámara de Diputados “coincide textualmente” con el Documento Gavito, “salvo que en la primera palabra del renglón 2 repite innecesariamente la preposición ‘de’.”
También muestra la diferencia en la palabra Independencia, que el acta de la Cámara de Diputados está en minúscula, mientras en el Documento Gavito, está con mayúscula. Y afirmó que la estructura en el acta de la Cámara de Diputados, respecto al Documento Gavito “esta menos bien lograda”.
Otra diferencia está en las firmas en el acta de la Cámara de Diputados que no son autógrafas, sino reproducciones.
FUNDAMENTAL EL DICTAMENDE 1942
Sobre el acta 3 de referencia, la investigadora de la UNAM escribió en su dictamen que “coincide literalmente con la anterior (con la de la Cámara de Diputados), lo que me inclina suponer que le sirvió de modelo. Concede una gran importancia al encabezamiento que ocupa mayor espacio que el mismo texto y lo distribuye en cinco líneas: ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO PRONUNCIADA POR SU JUNTA SOBERANA CONGREGADA EN LA CAPITAL DE EL EN 28 DE SETIEMBRE DE 1821. Escrito con letras capitales sentadas de muy buen ductus en cinco tipos y tamaños diferentes. El texto lo comprime en 12 renglones, separado de la cabeza por un bigote. La ortografía es la de nuestro momento con la sola excepción de la g con valor fonético de j en inenagenables y la grafía de setiembre”.
Desde el jueves pasado Excélsior solicitó al ANG información sobre el dictamen de 1942 al que mencionan Ernesto Lemoine Villicaña y Guadalupe Pérez San Vicente, en su trabajo de 1961. De esa manera se podría conocer cómo es que llegó al AGN una falsificación del Acta de Independencia del Imperio Mexicano, misma que fue colocada en el recinto legislativo primero y posteriormente empastada con otra serie de documentos, atesorada como un documento real, aunque se sabe, en todo caso que es simplemente una copia.
El Acta de la Independencia del Imperio Mexicano está en la bóveda de seguridad del AGN, encapsulada en un sándwich de vidrio y gas argón, que la protege de terremotos, incendios e inundaciones. Este proceso de encapsulamiento lo realizó el AGN y el Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
De acuerdo con el trabajo realizado por Miguel Ángel Quemain, quien escribió para el boletín 15 del AGN el texto El Acta de Independencia revisitada, con motivo del Bicentenario de la Independencia, en 2010, consultado para este trabajo, escribió entonces que después de que el presidente López Mateos recibió el documento en 1961 “el acta no fue vista más y nadie preguntó por su paradero, hasta que apareció de nuevo en el AGN”.
De acuerdo al escritor, el documento fue encontrado en el 2003 en la bóveda del departamento de restauración, junto con los dictámenes de Ernesto Lemoine Villicaña y Guadalupe Pérez San Vicente, que en el contexto de los 200 años de la firma del Acta de Independencia son una herramienta imprescindible para mostrar que han circulado desde hace décadas falsas copias u otras alteradas del Acta de Independencia del Imperio Mexicano, que intentan pasar con el único original que existe.