Marco Antonio Aguirre.- En Veracruz, la violencia y la delincuencia no son rumores, si no realidades cotidianas, que lastiman todos los días. Y la muestra medible de que aquí están son las mediciones del “Observatorio Nacional Ciudadano Seguridad, Justicia y Legalidad” y su “Reporte Sobre Delitos de Alto Impacto. Octubre 2017”.
Ahí se observa como en octubre Veracruz siguió como el estado donde más secuestros hubo: 24.
Tan sólo 24 secuestros de los que se tuvo noticia, de los que se presentó denuncia y se levantó carpeta de investigación, más otros ¿24?, ¿30?, ¿50?, ¿cuántos?, por lo que no se presentó denuncia, ante la inutilidad de hacerlo, porque la fiscalía de Veracruz es altamente ineficiente.
198 carpetas de investigación iniciadas por secuestro en el año, ¿cuántas de éstas se han resuelto?, ¿cuántos procesos judiciales se iniciaron?.
En Veracruz, la violencia y la delincuencia no son rumores, si no realidad cotidiana.
Y en esa realidad también están los homicidios dolosos, los asesinatos, que en octubre fueron 199.
Ciento noventa y nueve cuerpos que quedaron tirados, sin vida, y cuyos victimarios siguen sin castigo en su mayoría.
Y así todavía nos dicen que son “rumores” la violencia y la delincuencia.
Hacen falta un secretario de Seguridad Pública y un fiscal eficientes. Se necesita que se vayan los que están hoy Jaime Téllez Marie y Jorge Winckler.
A Miguel Ángel le plantean que debe llegar un comisionado federal de seguridad y se hace el occiso y se va por la tangente, diciendo que hay representantes en Veracruz de las fuerzas federales.
No quiere reconocer la ineficacia de sus empleados.
Rechaza la necesidad de cambiarlos y buscar a otras personas que sí hagan bien el trabajo.
Y en esa actitud de mantenerlos en el puesto, de voltear la vista para no ver, de querer disfrazar la realidad, el estado de Veracruz está envuelto en violencia y terror.
Ya hace un año que llegó al poder y la inseguridad pública en Veracruz es mayor.
Su actitud de gran místico, ha sido insuficiente para darle seguridad a los terrenales.
Entre lo Utópico y lo Verdadero / Marco Antonio Aguirre Rodríguez