Veracruz, Ver.- La madre de Estefanía, solicita el apoyo de las autoridades de Gobierno del Estado para concretar la recepción y tratamiento de su hija de 16 y diagnosticada con Síndrome de Lennox Gastaut, en el Hospital de Alta Especialidad de Veracruz.
La señora Alicia Rosas Villegas, relató que su pequeña sufre de convulsiones constantes desde los siete años, a los nueve, su condición comenzó a deteriorándose y ahora, a sus apenas 16 años, no camina, no habla y no ve.
La ahora adolescente recibía tratamiento en el IMSS de Veracruz, pero en pandemia su madre perdió el trabajo y por ende dicho beneficio para ella y su hija, desde diciembre del 2020; ante esta situación, solicitan la ayuda de la Secretaría de Salud, para que continúe su tratamiento médico y terapias de rehabilitación.
La madre angustiada, señaló que en el Hospital Regional de Alta Especialidad le negaron la atención argumentando la pandemia.
«Antier le dieron 14 convulsiones, yo no sé si se hizo renuente al medicamento, está así porque estuvo convulsionando, me quedé sin trabajo y me quedé sin seguro. Fui al Centro de Salud de aquí para que me dieran una orden para seguirla tratando en el Regional con un neurólogo pediatra, pero me dijeron que por la pandemia no hay citas», subrayó.
La familia desde hace seis meses vive un calvario, pues los médicos han informado que a pesar de medicarla, sino cumple con sus tratamiento y rehabilitación, no tienen esperanzas.
«La enfermedad de ella es progresiva, al grado hasta de olvidar masticar y si, porque ella masticaba primero. El problema a los 7, a agravar más a los 9 al grado que está ahorita, empezó perdiendo la vista, ella caminaba, caminaba, ya no camina, no ve, no come por sí sola, comía sola, usa pañales, sólo escucha», dijo su madre.
Doña Alicia señaló que como pueden lograr surtir la receta médica que les dio el médico del IMSS en diciembre (Maltrato de Magnesio y Leviratezant); pero es complicado pagarlos de patente, pues tienen un costo de 700 pesos, por lo que muchas veces los han adquirido genéricos.
«Ella era muy activa, muy inteligente. Ella era muy atenta, muy lista, la veo y no puedo asimilar verla tan mal, a veces ya no puedo más, el día que le dieron la convulsiones pensé que se moría, estaba muy mal y no poder el recurso, no poderla llevar».
La familia vive en la congregación Valente Díaz de Veracruz, en la colonia «Colina de los Pájaros» a aproximadamente 40 minutos del centro de Veracruz