Todos los días estamos involucrados en temas de la política de manera directa o indirecta, porque desde que amanece los noticieros dan cuenta de lo que ha dicho Trump, Andrés Manuel, Cuitláhuac García, los diputados y senadores, entonces, de eso que vemos y escuchamos algo se nos queda.
Pocas veces reflexionamos acerca de otros temas, que también debieran ser de nuestro interés, porque esas áreas participan en el movimiento social, económico, laboral y en otros factores de la vida diaria.
En lo particular, un tema que me llamó mucho la atención fue saber que al concluir la zafra 2018-2019, los 18 ingenios veracruzanos lograron moler más de 22 millones de toneladas de caña, con una producción de azúcar de 2 millones 431 mil toneladas.
Eso representa la segunda producción más alta en la historia de esta actividad agrícola en Veracruz, es lo que informó el dirigente estatal de cañeros de la CNPR, Ángel Gómez Tapia.
La zafra concluyó al inicio de este mes de junio, pero es importante significarlo porque esos trabajadores del campo y de los ingenios, son en realidad un ejemplo de productividad, que rompe los esquemas tradicionales que nos ha colocado en posiciones muy por debajo, en comparación con otros países.
Esta cantidad de azúcar representa el 39.2 de la producción nacional, considerado Veracruz como el mejor productor de este endulzante en el país, al menos en esta zafra.
Otro dato importante que dio el dirigente cañero fue que 11 de 18 ingenios en Veracruz, superaron los resultados de rendimiento de pago, para bien de los cañeros de Veracruz, lo que evidentemente reactiva la economía de esas familias.
Algo interesante sucedió en este sector y los resultados están a la vista, sencillamente se elevó la productividad y, queda claro, que sin este factor ninguna economía puede crecer ni desarrollarse.
Si todos midiéramos nuestra productividad tal vez observaríamos que no damos el rendimiento que se espera, y eso se encadena, de tal forma que todo el país se afecta.
Ser productivo no significa trabajar muchas horas al día, porque la productividad es una unidad de rendimiento que calcula la eficiencia en el trabajo y el capital para generar valor económico.
En promedio, en México un trabajador cumple 43 horas a la semana, mientras que en Alemania un trabajador solo ofrece 26 horas a la semana, casi la mitad y este último es uno de los países más productivos.
Es posible que la baja productividad en nuestro país se genere por la corrupción, la falta de principios morales, la falta de respeto al centro de trabajo, los abusos sindicales, y la indiferencia, pensando que “para que te esfuerzas, si nadie te lo va a gradecer”.
Entonces, como los cañeros veracruzanos, todos tenemos que buscar la forma de romper ese esquema que tanto nos ha dañado para poder salir adelante, sin esperar que el gobierno resuelva todo. Más claro ni el agua.
