Tiene mucha razón el secretario de Educación en el estado de Veracruz, Zenyazen Escobar García, cuando dice que es necesario que las madres y los padres de familia sean el primer filtro en situaciones que representen peligro para la integridad de los niños y jóvenes.
El titular de la SEV se refirió de manera específica al caso de los jóvenes del Ilustre Instituto Veracruzano de Boca del Río a los que se les detectó el consumo del fármaco controlado Clonazepam que provocó que fueran atendidos por los médicos y una jovencita hasta ayer permanecía internada en el hospital.
El caso de estos y otros jóvenes que en otros estados han presentado este tipo de reacciones no puede ser visto a la ligera por los padres de familia porque está de por medio la vida de esos menores que según trascendió solo jugaban una apuesta, es decir un reto de observar quien aguantaba más los efectos de ese medicamento.
Puede ser la edad, puede ser la ignorancia del daño que se están haciendo pero lo importante es la comunicación más estrecha que se debe llevar a cabo entre los padres y los hijos.
En la edad adolescente siempre han existido esos retos, ver quien se sube más alto a un árbol, quien se lanza del trampolín más alto, bailar y dejarse caer con las piernas extendidas para dar un sentón con todos los riesgos y la experiencia ha demostrado que en muchas ocasiones se han provocado graves accidentes.
Entonces si hoy le tocó a otros padres no hay que esperar nuestro turno, es necesario hacer conciencia entre nuestros hijos o nietos de lo grave de esos temas y hablarlos de manera clara y directa, sin interrupciones, porque muchas veces se lleva a cabo una plática mientras siguen leyendo el celular y así difícilmente podrá haber una empatía.
Revisar la mochila de los jóvenes ha sido motivo de controversia, porque algunos están de acuerdo pero otros no y se respetan las opiniones para respetar al mismo tiempo la intimidad de los chicos y chicas, pero a lo mejor revisando esas mochilas se podría salvar una vida, solo es cuestión de enfoque y proceder como mejor convenga.
Todos debemos voltear a ver a nuestros jóvenes que son el futuro del mundo, dejar un poco el celular, acudir a las reuniones de padres de familia y no continuar justificando las ausencias con argumentos infantiles, porque debemos entender que lo más importante para cada uno de nosotros deben ser nuestros hijos. Más claro ni el agua.