Historias de la panadería «El Resobado» de Coatepec

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Coatepec, Ver. 31/Marzo/2025.- Fue a principios del Siglo XX cuando, en el predio que da a la calle de Constitución y antes, a la calle de Jiménez del Campillo -a lado del edificio que era de Pancho Reyes-, fue propiedad del señor Antonio Maldonado, un hombre industrioso.

En este sitio Don Antonio construyó unas excelentes instalaciones de baños de vapor públicos, nos platica con calma Martín Blázquez Ojeda, quien fuera cronista de este Pueblo Mágico hace algunos años.

El tocayo Martín, inicia por contarnos que en aquel baño de vapor acudían la mayoría de las familias de Coatepec, sería más o menos a principios del siglo XX.

«Yo recuerdo haber ido ahí que sería por los años casi finales de los 60, yo soy del 54, que mi padre nos llevaba ahí y era un centro de reunión tanto de la sociedad que iban con sus familias a sus baños individuales y los baños colectivos, que era donde acudía con mi papá, y ahí se reunían muchos amigos, conocidos y comerciantes; esto ya era una actividad un poco particular, especial».

Relata Martín Blázquez que en este sitio había un tanque de agua elevado, por lo que ahora sería el patio de lo que es la panadería, y entraban por la calle de Constitución; había un portón y ahí descargaba incluso un tanque con combustóleo o diésel o algo así, que alimentaba una caldera.

«Esta caldera todavía yo recuerdo hasta hace pocos años haberla visto ahí en el fondo de la panadería. Por ahí se podía ver donde guardaban la leña».

Nos dice que recuerda bien que a la derecha de ese local (donde después se instaló la panadería) había una fábrica de hielo, que asociada a esto tenía una paletería.

«Esto todavía me tocó conocerlo. Era la única fábrica de hielo que me imagino lo utilizaban los comerciantes, los vendedores de cerveza, de mariscos, de restaurantes, no sé».

Mientras platicamos, se detiene para recordar y nos dice que era grande la producción de la fábrica de hielo, pues el señor repartía hielo.

Sobre la calle de Constitución, hacia la izquierda, está ese local de la panadería. Quiero pensar que originalmente haya sido una de sus actividades como industria de estas cuestiones, y que en algún momento, y esto ya es una elucubración, por ahí de los años 50, se haya conformado en favor de los panaderos o de los trabajadores panaderos como una cooperativa que se llamó La Xalapeña.

«Yo soy del 54 y que sería… en la década esas de los finales 60, 70 más o menos, recuerdo que las panaderías de Coatepec casi en su totalidad tenían hornos de leña. Yo conocí a otro señor, no recuerdo el nombre, Don Luis o algo así, que le apodaban El Burro, por ahí del año 2000».

Y él me comentaba que de chamaco había entrado ahí a trabajar como aprendiz de panadero, no sé si porque su familia eran socios de esa cooperativa o no, y pues ahí se había quedado y en sus últimos años él ya fue directivo de esa cooperativa llamada La Jalapeña. ¿En qué momento cambia su razón social a ser El Resobado? Que yo recuerdo que había otra panadería que también tenía ese nombre. El Resobado pudieran ser otros trabajadores que hayan tomado, se hayan mudado a esto cuando esa cooperativa se desapareció o dejó de actuar.

Es una elucubración mía, no te puedo afirmar ni negar. Pero bueno, lo que tú y yo conocemos a últimos años, como Resobado, pues es la panadería esta.

Todavía tuve oportunidad de visitarla que sería mediados del año pasado y platicando con la muchacha que estaba ahí, que atendía.

Decía que ya solamente hacían pan muy temprano, creo, y a mediodía.. o sea, dos horneadas. Cuando antes era una labor de 24 horas.

Incluso los clientes de la cantina de la Estrella de Oro mandaban a traer pan ahí para que les preparaban un pambazo con frijoles o queso como botana.

En aquellos tiempos, que a mí me tocó todavía más o menos vivir, era más o menos común que pasara uno en la noche o en la madrugada, andando en la parranda, y ahí te ponían al horno, en las mismas charolas, unos huevos estrellados, que te los ponían con queso o algo así y te lo vendían como una torta, pues claro, a las 3, 4 de la mañana y medio «jalado», esa torta te sabía de maravilla.

Termina esta primera charla con nuestro amigo Martín Blázquez, diciendo que «es una pena que desaparezca la panadería El Resobado».

Antes de concluir, nos dice que no estaría de más poner una placa, por ejemplo, aquí estuvo tal o cual establecimiento.

Historias de El Resobado. Primera parte.