Por: Felipe Mendiola Parra
Los ecos del fatídico martes se siguen escuchando en distintos puntos donde se reúne la gente.
Fue interesante escuchar entre otros comentarios que, la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, no habría escuchado a nadie, a ningún militante morenista que hubieran hecho esa petición y que solo la voz de la gobernadora Rocío Nahle, tuvo la resonancia suficiente para detener el registro de Miguel Ángel Yunes Márquez en las filas del partido en el poder.
La respuesta de Luisa María fue el “quitarisas” cuando respondió: “Será la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena quien evalúe su procedencia y tome una determinación”.
Poco le duró el gusto al senador Adán Augusto López el hecho de apadrinar al veracruzano, para que después de haber recibido la Comisión de Hacienda del Senado, fuera dado de alta como militante de Morena.
No sabemos cuál vaya a ser la respuesta de la mencionada comisión, lo que sí sabemos es que no será uno solo el responsable, sino todos los que la integran, ya sea a favor o en contra la determinación.
En cualquier trabajo donde solicitas la oportunidad te piden, elementalmente tres cartas de recomendación, que avalen tu conducta y la capacidad que tienes para el desempeño de la labor que te van a encomendar.
Sirva el ejemplo para recordar que el partido en el que todavía milita Miguel Ángel Yunes Márquez, es el Partido Acción Nacional y que está viviendo un proceso de expulsión, acusado de traidor. Que es la otra Comisión de Honor y Justicia de ese otro instituto político, la que podría dar esas referencias de quien pretenderse convertirse en morenista.
¿Y después qué sigue?
Se ha repetido muchas veces que el que traiciona una vez, traiciona siempre.
El cabildero de la negociación para obtener el famoso voto a favor de la Reforma Judicial, en verdad que hizo muchos y muy grandes compromisos, que nadie sabe cuándo van a acabar.
Dicen los que saben que más allá de esos compromisos, ahora encarrerado, sería posible que estuviera construyendo el andamiaje para lo que se pudiera presentar dentro de cinco años, y así, disponer de los aliados suficientes para intentar por segunda vez, convertirse en corcholata. Ya veremos.
Rocío Nahle se mostró y se sigue mostrando firme, inquebrantable en sus decisiones, acciones que la posicionan más aún en el ánimo de los veracruzanos que solo esperan la presentación de la reingeniería, para ver el intenso movimiento del gobierno que encabeza y cumplir con todos esos compromisos que hizo en campaña.
Más claro… ni el agua.