El 11 de noviembre, un día después de conocer los resultados de la encuesta de Morena, donde saldrá vencedora Rocío Nahle García, el agua volverá a asentarse, los ánimos se volverán a calmar, las ovejas descarriadas volverán al redil y el sol brillará en los corazones de los hombres y mujeres de la política del estado de Veracruz.
No hace falta una bola de cristal ni ser adivino para adelantar que la política es un juego de inteligencia entre esos actores, el resto de esta gran sociedad somos público, solamente espectadores que disfrutamos el devenir de esas escaramuzas.
El triunfo de Rocío Nahle es cosa cantada desde hace muchos meses, por lo que la participación de los otros actores es muy respetable pero ese escenario es muy antiguo, cíclicamente se ha repetido y solo bastará el anuncio del dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, Mario Moreno Delgadillo, para ver como se harán las celebraciones de ese primer triunfo de la ex secretaria de Energía.
Tradicionalmente la gente se va con el triunfador, con ese ganador que para este caso será ganadora y le comenzarán a encontrar todas sus virtudes, sus capacidades y como dicen algunos académicos, también descubrirán sus FODAS.
Los discursos se volverán a repetir de distintas formas para afianzar la personalidad de Rocío Nahle García.
Hasta los más recalcitrantes que vimos y escuchamos hace algunos días, reconocerán que es necesaria la participación de una mujer en la contienda del año 2024, por la gubernatura del estado de Veracruz.
Y comenzarán esas pre campañas que han cambiado muchos de los usos y costumbres que conocíamos, comenzarán los recorridos por los municipios, las ciudades y los barrios, aparecerán nuevos líderes de grupos y se volverán a presentar los que habían estado ocultos esperando ver la luz verde.
La retórica de Rocío Nahle García es bien conocida, tiene fuerza en sus palabras y sabe proyectar sus mensajes como lo hizo como diputada federal cuando arremetió en contra de muchas iniciativas con las que no estaba de acuerdo.
Es decir, en poco tiempo su posicionamiento será tan fuerte que no habrá duda del triunfo que tendrá en las próximas elecciones.
Así con ese escenario que insisto, no es necesario ser adivino, todo volverá a la normalidad y volveremos a confiar en que Veracruz podrá tener un mejor futuro. Más claro ni el agua.