La respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador ante los ataques a su hijo, Jesús Ernesto, es la misma que hubiéramos contestado usted, yo o aquellos que tienen hijos “El problema es conmigo no con él…”.
Es una expresión coloquial que hemos escuchado muchas veces y en distintos escenarios, así es que no por ser presidente de la república no tiene sentimientos o amor por sus hijos, además, fue muy respetuoso en su respuesta.
“Ayer mi pobre hijo, que lo amo, está excedido de peso, ya saben cómo es la edad de adolescencia, ah sale una foto y con saña lo atacan, eso es una cobardía, el problema es conmigo, no con él. Hasta en las verdaderas mafias se respeta a la familia”, así se refirió el mandatario.
Había que “tropicalizar” el tema y hacerlo evidente en la vida cotidiana que todos tenemos, porque muchas veces hemos escuchado también, sobre todo a las mamás, que dicen “A mí me pueden decir lo que quieran pero que no se metan con uno de mis hijos, porque entonces me van a conocer”.
“A mi hijo lo regaño y lo corrijo yo, pero no voy a permitir que cualquiera venga y le diga lo que quiera, porque aquí tiene a sus padres para defenderlo”, es otra expresión que hemos escuchado muchas veces y por supuesto que hemos dado la razón a quien lo expresa.
El hijo menor de Andrés Manuel López Obrador está grande y pasado de peso, pero es un niño, porque apenas tiene 15 años, entonces no es posible que con el simple hecho de haber acompañado a su papá a un partido de beis bol y le hayan tomado una fotografía, esta sirva para que los contrarios a la política del presidente den rienda suelta a sus frustraciones emitiendo ofensas.
Fueron oportunas las opiniones de diversos personajes de la política que reprocharon ese comportamiento como el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que escribió en Twiter “Jesús Ernesto es un adolescente sensible y lleno de vida. El odio en su contra es bajeza y discriminación. Cobardía pura. No prevalecerán. Cariño y solidaridad con Jesús Ernesto #ConLosNiñosNo”.
De la misma forma lo hizo el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar: “Discriminar a cualquier persona es inadmisible. Hacerlo con un niño por odio político es una bajeza que pinta de cuerpo entero a las y los cobardes que usan las redes sociales para evidenciar su miseria humana”, ese fue el texto del mensaje.
El tema no es muy difícil de entender, solo es cuestión de ponernos en los zapatos de un padre ofendido y pensar que respuesta tendríamos para esos agresores. Más claro ni el agua.