El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señaló hoy, 21 de junio de 2022, que los padres jesuitas asesinados en una iglesia en el municipio de Urique, Chihuahua, fueron agredidos tras una ejecución de una persona que aparentemente trataba de refugiarse en el templo.
“Lo asesinaron, salieron los sacerdotes y al parecer también ellos fueron asesinados. Estamos ahora atendiendo este asunto”, agregó el mandatario en su conferencia mañanera.
López Obrador reconoció que varios municipios de la sierra de Chihuahua padecen “bastante presencia de la delincuencia organizada”.
“Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes”, informó el presidente.
Según expertos, la sierra de Chihuahua es una importante ruta de trasiego de drogas hacia Estados Unidos por lo que es violentamente disputada por cárteles del narcotráfico.
Los jesuitas fueron asesinados en un templo y sus cuerpos fueron sustraídos por personas armadas, informaron el martes el gobierno y la congregación religiosa.
La Compañía de Jesús dijo en un comunicado que los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron asesinados en el templo de la comunidad de Cerocahui del municipio Urique, sin ofrecer más detalles de cómo ocurrieron los hechos.
La Compañía de Jesús demandó a las autoridades que de manera inmediata adopten medidas de protección para asegurar la vida de los religiosos de la comunidad de Cerocahui que, aseguraron, enfrenta “condiciones de violencia y olvido” de parte del Estado.
El gobierno de Chihuahua condenó los asesinatos de los religiosos y se activaron los mecanismos de coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional para brindar seguridad a los pobladores del lugar.
Chihuahua es uno de los seis estados que concentra la mitad de los homicidios del país junto con Michoacán, Guanajuato, Baja California, México y Jalisco, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
La Conferencia del Episcopado mexicano también condenó la “tragedia” y exigió “una pronta investigación”, además de seguridad para los sacerdotes del país.
En México, miembros de diversas órdenes religiosas deben actuar como defensores y mediadores entre los habitantes de sus comunidades y los sicarios del crimen organizado que allí operan.
En estados como Michoacán o Guerrero, algunos de ellos han apostado por el diálogo con los narcotraficantes como forma de pacificar dichas regiones, usualmente empobrecidas y con escasa presencia estatal.
Unos 30 curas han sido asesinados en la última década en México, según la ONG Centro Católico Multimedial.
México es sacudido por una ola de violencia ligada al narcotráfico en medio de la cual han sido asesinadas más de 340 mil personas desde diciembre de 2006, según cifras oficiales.