Por: Felipe Mendiola Parra
La celebración del Día del Padre se mueve cada año para que coincida con un domingo a la mitad del mes de junio, así es como llega la oportunidad de felicitar al padre de familia, enviarle mensajes amables por WhatsApp por llamada telefónica, pero mucho mejor si es de manera personal.
El verdadero origen del Día del Padre surge el 19 de junio de 1909 en Estados Unidos cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd quiso homenajear a su padre, Henry Jackson Smart.
Resulta que este veterano de la guerra civil se convirtió en viudo cuando su esposa (la madre de Sonora Smart Dodd) murió en el parto de su sexto hijo.
Fue en una granja rural en el estado de Washington donde Henry Jackson se hizo cargo de la educación de seis niños, por lo que Sonora Smart se dio cuenta de que su padre había sido todo un ejemplo a seguir y propuso la fecha del nacimiento de su padre, el 19 de junio, para celebrar el Día del Padre.
La otra versión es que se instituyó en los Estados Unidos hasta 1924, cuando el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea de establecer un día nacional del padre.
En 1966 el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como día del padre en Estados Unidos y la idea se extendió por muchos países de otros continentes.
En México hemos vivido este día observando la reacción de los hijos por buscar a su padre en esta fecha, aunque no lo vean en todo un año, cuando menos en el Día del Padre se comunican con él y le prodigan cariño.
Hay muchos estilos de comportamiento de los padres, cada uno piensa como es mejor educar a sus hijos y así es como lleva a cabo sus reacciones. Estricto, amable, laxo al grado que dejan que los niños hagan lo que quieran, pero finalmente el cariño siempre será igual con distinta forma de expresarlo.
Los padres se convierten en abuelos y esos nietos son siempre otros hijos que les llegan en la segunda generación con los que se identifican de tal forma que complementan el papel de los padres que fueron años atrás.
Esta es una buena oportunidad de recordar a ese señor que cuidó todo para el bienestar de su familia sin esperar nunca nada y todo lo hizo y sigue haciendo solo por amor. Más claro ni el agua.