Nintendo no es ‘cosa del diablo’: Videojuegos también tienen beneficios, según la ciencia

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El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió este miércoles a los padres de familia limitar a sus hijos en el uso de los videojuegos como el Nintendo y otros, pues además de ser muy “violentos”, pasan mucho tiempo en ellos y la postura del cuerpo también les afecta a niños, niñas y jóvenes.

“Vamos a enviar un mensaje a las familias, madres, padres, a los niños, a los adolescentes, sobre el riesgo de los juegos electrónicos, del Nintendo… Resulta muy violento y que, sin duda, afecta y daña. Estos juegos están diseñados para entretenerlos, pero no son buenos los contenidos”, dijo el mandatario mexicano en la ‘mañanera.

Puede ser un buen consejo, sin embargo, hay estudios e investigaciones que demuestran lo contrario. Algunos videojuegos pueden mejorar la coordinación motriz, las habilidades para resolver problemas y la capacidad de la mente para procesar información.

Ejemplos positivos de algunos videojuegos

Por ejemplo, en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM surgió el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Interactivas para la Neuro-Rehabilitación (LANR), que desarrolla videojuegos para neurorehabilitación de personas afectadas en su motricidad superior (brazos y manos) por un evento vascular cerebral (EVC), primera causa de discapacidad adquirida en adultos mayores.

A través del LANR, el IFC busca ayudar oportunamente a pacientes de EVC que no tienen acceso a servicios de rehabilitación en el sistema de salud pública. También a aquellos que siendo derechohabientes, pierden la ventana de oportunidad de recuperar las funciones dañadas debido a la demora en la atención.

El equipo multidisciplinario del LANR ha desarrollado 10 aplicaciones tipo videojuegos, cuatro de las cuales se probaron en 2019, en un proyecto piloto con pacientes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la CDMX, cuyos resultados fueron alentadores.

Por otro lado, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el año pasado un videojuego como terapia para el tratamiento del TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad). Se trata del EndeavorRX, que es el primer videojuego en conseguir este hito como tratamiento médico para niños de entre ocho y 12 años.

Asimismo, un grupo de investigadores está probando el EndeavorRX para ver si puede ayudar a las personas que tienen problemas persistentes de memoria y atención después de padecer COVID-19. Podría ayudar también a las personas con secuelas cerebrales del coronavirus, en tanto que luchan con algunos de los mismos síntomas que el juego puede atacar.

Muchos científicos y psicólogos encuentran que los videojuegos pueden tener diversos beneficios, el principal es hacer que los niños sean inteligentes. Los videojuegos pueden enseñar a los menores habilidades de pensamiento de alto nivel que necesitarán en el futuro.

“Los videojuegos cambian tu cerebro”, según el psicólogo C. Shawn Green de la Universidad de Wisconsin. “Cambian la estructura física del cerebro de la misma manera que cuando se aprende a leer, tocar el piano o navegar usando un mapa. Al igual que el ejercicio puede desarrollar músculo, la poderosa combinación de concentración y oleadas gratificantes de neurotransmisores como la dopamina fortalecen los circuitos neuronales que pueden construir el cerebro”, afirma.

Según Marc Palaus, autor del estudio publicado en Frontiers in Human Neuroscience, existe un amplio consenso en la comunidad científica de que jugar videojuegos no solo cambia el funcionamiento del cerebro, sino también su estructura.

Por ejemplo, resolución de problemas y lógica. Cuando un niño juega a un juego como The Incredible Machine, Angry Birds o Cut The Rope, entrena su cerebro para encontrar formas creativas de resolver acertijos y otros problemas en ráfagas breves.