Por: Felipe Mendiola Parra
Este lunes ante el Congreso del Estado de Veracruz, la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente y la Secretaría del Medio Ambiente, presentaron el primer avance del Plan de Gestión Estatal de Residuos Urbanos y de Manejo Especial 2018-2021, lo que se convierte en una buena noticia, ante el deterioro que la contaminación viene provocando en distintos puntos del planeta.
El artículo 26 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), establece que las entidades federativas y los municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias y en coordinación con la Federación, deberán elaborar e instrumentar los programas locales para la prevención y gestión integral de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial.
A buen tiempo las autoridades ambientales toman la determinación de oficializar esos procedimientos, por lo que nadie podrá ser omiso ante esas disposiciones, sobre todo los alcaldes que tomarán posesión el 1 de enero de 2022.
La PEMA representada por el titular de esa dependencia Sergio Rodríguez Cortes y la SEDEMA por Juan Carlos Contreras Bautista, hicieron la entrega del documento a la diputada Margarita Corro Mendoza, Presidenta de la Comisión Permanente de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático.
El Plan de Gestión Estatal es impulsado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, con el objetivo de desaparecer los tiraderos a cielo abierto en todo el estado y al mismo tiempo revertir la contaminación del suelo y los cuerpos de agua.
Esta medida se lleva a cabo también con base en el reordenamiento regional ecológico de rellenos sanitarios y estaciones de transferencia para actuar con responsabilidad y dejar a las generaciones presentes y futuras un ambiente adecuado para la preservación de los recursos naturales.
No hay duda que muchas enfermedades se generan por el consumo de productos que de origen vienen contaminados, por eso es muy interesante la apreciación del procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés, cuando establece que el mal tratamiento de los lixiviados provocados por los tiraderos a cielo abierto, puede provocar enfermedades crónico-degenerativas en las zonas bajas como Tierra Blanca y Coatzacoalcos.
En tanto que al llegar esa contaminación a los mantos freáticos y ser consumidos por la población puede propagar enfermedades como el cáncer y problemas renales.
El mismo funcionario advirtió que los alcaldes deberán colaborar cerrando el círculo de ese tratamiento a los residuos, porque si llevan a cabo la recolección, el transporte y no hacen el depósito en el lugar adecuado, no estarán cumpliendo con el concepto integral de limpia pública y por supuesto, estarán aplicando mal los recursos económicos con esas acciones. Más claro ni el agua.