Rusia anunció este lunes la suspensión de su misión ante la OTAN y de la presencia de la alianza en Moscú, tras la retirada en octubre de las acreditaciones de ocho representantes rusos ante la organización, acusados de espionaje.
«Tras ciertas medidas tomadas por la OTAN, no se dan las condiciones básicas para un trabajo en común», indicó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov. Las medidas entrarán en efecto el 1 de noviembre.
Concretamente, Rusia suspenderá indefinidamente su misión en la sede principal de la OTAN en Bruselas, así como la misión que la alianza militar tiene en la embajada de Bélgica en Moscú, la cual tiene como rol garantizar la relación entre el bloque en Bruselas y el ministerio ruso de Defensa.
Lavrov también anunció «poner término a la actividad de la oficina de información de la OTAN», cuya misión, como lo define la alianza, es «mejorar el conocimiento y la compresión mutua».
Las medidas tienen lugar tras una nueva serie de acusaciones de espionaje. A principios de octubre, la OTAN anunció que retiraba la acreditación a ocho miembros de la misión rusa en Bruselas acusados de ser «agentes de inteligencia no declarados».
En marzo de 2018, la alianza militar también retiró las credenciales a siete miembros de la misión rusa y los expulsó de Bélgica, tras el envenenamiento del exagente ruso Serguéi Skripal y su hija en Reino Unido.