Fátima “N” tenía 12 años de edad, fue violada, apuñalada y lapidada por tres de sus vecinos a 100 metros de su propia casa, en Lerma, Estado de México; tenía excelencia académica y era fanática de la lectura, de los poemas.
Autoridades confirmaron lo anterior y dieron a conocer que su muerte fue catalogada como feminicidio luego de que desapareciera y se hallara enterrada cerca de su domicilio, bajo ramas, y lodo.
El pequeño pie de Fátima fue lo que permitió que se encontraran sus restos, al sobresalir de entre el lodo en donde también se halló una liga de su cabello, un arete y un pedazo de su calcetín.
Los presuntos asesinos fueron detenidos e identificados como Luis Ángel “N”, Misael “N” y Juan «N», «vecinos de Fátima de toda la vida», de acuerdo con testigos, tras comprobarse que raptaron a la menor la mataron a piedrazos y, a menos de 100 metros de la casa de la niña, la violaron por vía vaginal y anal, le introdujeron objetos, le tiraron todos los dientes, le sacaron un ojo; fracturan sus muñecas, tobillos y le dislocaron un hombro; le abrieron el pecho 30 centímetros a nivel del tórax y ambas entrepiernas.
En la vivienda de los asesinos de Fátima las autoridades hallaron ropa y sangre de la niña, mientras que la población intentó lincharlos pero los padres de la menor lo impidieron y finalmente fueron sentenciados a cadena perpetua.
