COSOLEACAQUE, VER.- Entre aplausos, lágrimas y flores familiares, amigos y políticos le dieron el último adiós a Gladys Merlín Castro y Carla Enríquez Merlín en el panteón municipal de Cosoleacaque, su última morada.
Custodiadas por un fuerte operativo de seguridad fueron trasladadas de la funeraria “Cristo Rey” a la residencia de Gladys – donde se cometió el crimen- para que pudieran despedirse de ellas, empleados y amigos.
Posteriormente llegaron al panteón.
Los cuerpos de ambas estuvieron unos minutos en la sala del “descanso”, allí amigos y familiares les dedicaron unas palabras, recordando cómo eran en vida; dos mujeres alegres y trabajadoras.