La policía de Ecuador, conjuntamente con otras instituciones de control, clausuró este martes una “clínica” clandestina en el sur de Quito, donde suministraban una sustancia desconocida a sus pacientes, ofertándolas como vacunas contra el coronavirus, comunicaron autoridades de la capital ecuatoriana.
El operativo se llevó a cabo en un barrio de la parroquia quiteña de Guamaní, tras denuncias ciudadanas. En los registros para el ejercicio de las actividades económicas, ese establecimiento constaba como “spa y centro de masajes de adelgazamiento”, pero luego se autodenominó “centro de tratamiento contra la COVID-19“, explicó el Secretario de Seguridad de Quito, César Díaz.
En el momento del operativo, en el centro clandestino muchas personas esperaban su turno para la administración de la supuesta vacuna contra la COVID-19. Los pacientes tenían que recibir tres dosis, cada una a un precio de 15 dólares. Después de ese tratamiento se les administraban dos “sueros”, uno “lavable” y uno “multivitamínico” por 25 y 70 dólares, respectivamente.
“LOS PACIENTES QUEDAN PAPELITO”
“Con eso los pacientes quedan papelito (‘inmunes’)”, dijo la mujer que atendía el establecimiento, que no contaba con ningún permiso de las autoridades competentes. Ella aseguraba ser especialista en medicina alternativa, sin embargo, se constató que no posee ningún título que lo acredite.
En las investigaciones, las autoridades confirmaron que en dicha “clínica” se suministraron 70 mil dosis a sus pacientes, y de momento se desconoce la fórmula de la sustancia que se les administró. Se decomisaron varias cajas de dicho producto y se realizará su respectivo análisis.
“Están jugando con la emoción, con el dolor, con la impotencia de los ciudadanos vendiendo este tipo de sustancias”, condenó César Díaz. Las autoridades locales han iniciado una investigación para ejecutar las respectivas sanciones contra los responsables. Además, aclaran que el Ministerio de Salud es la única entidad autorizada para distribuir las vacunas contra el coronavirus.
TOMADA DE SIN EMBARGO