Uno de los atractivos y de veneración en la cultura popular de esta ciudad sinaloense es la capilla de Jesús Malverde (1870-1909), que creyentes nacionales e internacionales llegan a visitarla para dejar alguna ofrenda.
Los votos van desde billetes —sobre todo dólares—, veladoras y escapularios, hasta fotografías que dejan quienes le piden el favor para poder cruzar al país vecino, o en agradecimiento por el ciudado que les dedica a quienes lo ven como “el santo de los narcos”.
En entrevista, Jesús Manuel González, encargado de administrar la capilla, mencionó que la historia de esta figura de Jesús Malverde, personaje que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, nació desde que lo ahorcaron por decisión del gobernador, pues hizo un desafío contra las autoridades de ese entonces que les iba a robar y lo hizo.
“Decía que el dinero que tenía el gobernador era de la gente pobre, por lo que le robó a éste y lo repartió entre el pueblo, y por ese acto lo colgaron, tras haber ofrecido una recompensa por su cabeza”, relató.
Agregó que la historia cuenta que Malverde le habló a su compadre, quien tenía gangrena, para que lo entregara y cobrara la recompensa, para que una parte se la quedara y otra se la diera a los pobres.
“Ahora mucha gente que visita Culiacán no se va hasta conocer la capilla, o aquellos que deciden migrar al país vecino le piden el favor de que les vaya bien, y el primer dólar que ganan lo guardan para traérselo y dejárselo como ofrenda”, apuntó González.