Alrededor de las siete de la noche con veintiun minutos, millones de habitantes de la Ciudad de México se alarmaron pues se activaron los altavoces que avisaban de un sismo. Todo fue una «falsa alarma».
Fausto Lugo, Secretario de Protección Civil de la Ciudad de México, informó que no se registró ningún sismo en la capital del país y que sólo se trató de una “falsa alerta en el sistema de alertamiento de altavoces”.
Tras la activación de la alerta sísmica, miles de habitantes de la capital evacuaron sus domicilios y sus lugares de trabajo para resguardarse ante cualquier movimiento telúrico.
Fueron decenas de edificios en donde se inició el protocolo de desalojo, miles de personas rápidamente hasta los puntos de reunión de acuerdo a los planes de evacuación.